
De entre mis últimos proyectos está el de la resolución de la fachada de la floristería Triana, ubicada en Martos, Jaén.
Un ejemplo de iniciativa privada-empresarial en el que el mundo del arte sirve como soporte distintivo para aportar valor a una actividad comercial local y sobre la que se proyecta una visión entorno al propio negocio, alineando las expectativas de los propietarios con la aportación de significado para su público.
Un resultado que ha tenido una acogida sorprendente.
Los propietarios son Mónica y Miguel, esos valientes emprendedores que confiaron en esta fuerte iniciativa de dar una nueva imagen a la fachada de su negocio. Sensibles hacia la proyección adecuada de su negocio de puertas para fuera y buscando un tratamiento y una imagen que se saliera de lo habitual, decidieron empezar a trabajar conmigo.

Una fusión de disciplina artística, entre escultura y dibujo, comenzamos con una primera fase en la que les presenté un dibujo a escala de mi visión y propuesta para su negocio. En este dibujo a escala explicaba la técnica y el concepto del trabajo.
La propuesta estaba cargada de fuerza cromática y técnica y cuyo objetivo era conseguir esa originalidad y nuevo diseño que Mónica y Miguel buscaban.
A medida que avanzaba el trabajo, esas dudas que surgieron al comienzo, se disiparon y la confianza fue total.
Intención artística, materiales y técnicas
Los motivos seleccionados para esta composición fueron intencionados para vincular el arraigo del negocio con la sociedad marteña.
Esa intencionalidad no solo era con la propia actividad comercial del local de flores con una ornamentación floral, sino además con una intención significativa de la zona de Martos, como es la aceituna, así como la inclusión de los monumentos más representativos de la ciudad: la fachada del Ayuntamiento o el Puente monumental.

El trabajo se fundamenta en la utilización de la Piedra de Porcuna realizada por el magistral cantero Don Francisco Aguilera de Dios, quien, una vez más, ha mostrado sus dotes como artista de la Piedra; ensalzando el valor alegre y limpio del material con gran oficio y con un alto grado de resolución arquitectónica.
En la parte escultórica de este diseño, he elegido los esmaltes cerámicos (selenios) por ser los más aptos para el exterior, con un gran sentido del color.
La fusión entre ellos produce unos efectos verdaderamente plásticos e impredecibles, dotando a la obra de una frescura que no tiene par.

Se conjugan la Piedra de Porcuna y los esmaltes cerámicos, dando lugar a una unión insuperable; resiste bien el tiempo y las piezas son festivas y luminosas. Esta técnica de esmaltado es poco conocida y difícil de realizar. Se llevó a cabo en las instalaciones de la empresa Cerámica Cano de Arjonilla de Sofia Cano Bueno .
Con todo esto en mente, se completó la composición con la ejecución de una reja que fuera en sintonía. La reja contiene motivos florales a lo largo de la composición y está realizada en acero en su color y tiradores en madera de olivo.
-M.López

