Eduardo Capa presidió la Fundición que lleva su nombre, cuyo objetivo es dar a conocer los secretos de la escultura contemporánea al gran público.
Su colaboración y amistad con las figuras más representativas de la escultura española del siglo XX y XXI, le han permitido reunir una de las muestras más significativas de esta disciplina. Artistas como Oteiza, Mallo, Benlliure, Chirino, Ferrant, Dalí, Álvarez Laviada, Alberto Sánchez o Pablo Serrano forman parte de la colección.
En las siguientes líneas, me gustaría presentarte parte de mi obra a través de palabras de Eduardo Capa, a quien admiro y respeto.
"Con este escueto resumen quedan bien significadas las virtudes y entendimientos que nuestro artista aporta al desarrollo progresivo de todas sus creaciones artísticas en su prometedor futuro del que tanto bueno esperamos contemplar", Eduardo Capa Sacristán (Coca 1919 - Arganda del Rey 2013)
«Manuel López Pérez vive y trabaja en Andújar, donde se le despiertan desde muy temprana edad sus afanes y sus inquietudes naturales y artísticas, contactando con un gran maestro de la escultura, Antonio González Orea, hombre de muchas capacidades y de gran sensibilidad artística, que sin duda alguna habrán influido para transmitir en Manuel esa gran pasión, entendiendo el difícil arte reservado al verdadero lenguaje de la escultura, cuyo mensaje hoy se transmite, o se pretende transmitir generalmente con signos de dudosa significación, por lo que su permanencia es más bien corta, ya que ella en sí misma no es más que la ilustración de una teoría abstracta sobre una obra concreta a la que no se corresponde, sembrando el desconcierto que nuestra sociedad en estos momentos está padeciendo.

Nuestro artista, consciente de esta confusa realidad de la expresión plástica en aras del «progreso intelectual y cultural» de nuestro tiempo toma una aptitud clara de no apartarse de la figuración porque su representación admite campos muy amplios y diversos para expresar sentimientos y emociones por los caminos renovadores que la ciencia, el arte y la cultura marcan en estrecha fusión las posibles pautas, y este norte lo encuentra Manolo en todas y cada una de sus representaciones aquí expuestas a lo largo de su joven trayectoria artística.
Toda la sociedad tiene que sentir la necesidad de aceptar la evolución y renovación que los nuevos tiempos exigen, porque son en el fondo los móviles que generan el pensamiento que nos va a fijar el norte a seguir para la conquista renovadora de todo país, tanto en lo económico, en lo cultural, en lo moral, artístico y científico, teniendo que desarrollarse para ser hombres y mujeres de nuestro tiempo y no quedarnos sumergidos en nuestro pasado inmediato, considerándolo eso sí, como un fuerte cimiento donde se apoyará nuestro presente, dejando abierta la puerta para salir al futuro.


En la evolución de Manolo, como es natural, se reflejan en sus primeras obras las orientaciones formales que la docencia establece y a medida que empieza a realizar su obra personal va descubriendo que lo aprendido sólo le sirve como disciplina y punto de partida para el desarrollo de su personalidad.
En sus piezas realizadas en madera consigue los mismos resultados que en la piedra con técnicas distintas, ajustadas a las posibilidades que ofrece este material.
Cuando termina su licenciatura de BB.AA. en la Facultad de Sevilla, siente la necesidad de investigar sobre las obras que le plantean sus modestos encargos y la que él mismo estudia como obra personal en la búsqueda de esa nueva figuración que sin romper con el pasado integra en ella los signos de modernidad acordes con su manera de pensar y sentir para expresar su mundo interior tan rico en sugerencias y vivencias propias, que configuran su gran personalidad creadora, demostrando cierto grado de madurez a pesar de su juventud.
Consigue una beca del Ministerio de Asuntos Exteriores para ampliación de estudios en la Academia Española de Historia, Arqueología y Bellas Artes de Roma, que es la ilusión de todo artista, porque vivir en Roma, trabajar, estudiar, gozar y sentir su pasado y su presente viene a ser como una especie de arteria nutricia que alimenta todo tipo de capacidades del entendimiento perceptivo y sensitivo del ser humano y muy especialmente del artista creativo; por eso a Roma peregrina la humanidad entera, no sólo para gozar de su monumentalidad y belleza, sino también para sentir la emoción y el peso de todo su grandioso pasado.
En este espléndido ambiente nuestro artista siente el estímulo que provoca toda reacción al contemplar tanta y tan buena escultura de la época del imperio, ponderado y solemne, enfrentándose con la fuerza de la expresión humana que provoca Miguel Ángel y todo el Renacimiento en general, o el espléndido espectáculo barroco que nos muestran las obras de Bernini, sobre todo esa impresionante composición de las fuentes que tanta significación tienen dentro del casco urbanístico de la ciudad.
Con todo este impacto emocional, crece en él la pasión por enfrentarse con la materia que en este caso es el mármol, y con él ensaya, investiga y profundiza dentro de las posibilidades que este material le ofrece, consiguiendo muy provechosos resultados, como lo demuestra el tratamiento de exquisita sensibilidad de sus torsos ejecutados con una técnica y dominio profesional verdaderamente sorprendentes.



Su «Mujer en bicicleta» consigue la emoción de su aptitud con la expresión de unos elementos manejados con ciertos despropósitos formales cargados de contenido emocional bien logrados para su finalidad.
Las cabezas realizadas en terracota están hechas con gran libertad arcaizante y llenas de expresiva vitalidad interior.
El grupo titulado «Palermo» es una composición de gran atrevimiento que resuelve jugando con los distintos tratados de la forma, dejando partes muy acabadas con otras logadas con la huella que dejan las distintas herramientas según el proceso de ejecución que conforma la expresión del todo, con la variedad de sus tratamientos como acentos significativos en el logro de sus planteamientos.
La Pareja en actitud de caminar, unidos por el amor, caminan en busca de su ideal venciendo los obstáculos y dificultades de su andadura. La interpretación de las formas que lo componen claramente diferenciadas por la sutileza de la expresión femenina, cargada de juvenil sensualidad, contrasta con la tensión muscular del adolescente en su esfuerzo por avanzar por la senda de su ideal.
En sus grupos de Amantes y en la Abuela, realizados en piedra, vence dificultades técnicas muy complicadas y que los escultores de hoy no están preparados para acometer, salvo algunos casos aislados como éste que nos ocupa. Reconocida esta manifiesta dificultad técnica, paso a ponderar la significación de los valores plásticos que enriquecen el contenido de la escultura como motivo principal.
En la mano apoyada en horizontal y magistralmente representada con ligera movilidad de sus dedos, nos muestra no sólo la calidad de su textura, sino por lo bien lograda, la expresión de vida conseguida por la buena aplicación de los recursos que maneja en el oficio bien aprendido»,
Eduardo Capa Sacristán (Coca 1919 – Arganda del Rey 2013), Capa Esculturas